Treinta y uno.


Soy volcán, salitre y lava.

He conocido el Sur de Lanzarote,
sobremasificado de Turismo.
He visto alguno de sus monumentos
naturales (Los charcones, los hervideros...) ,
he pasado junto al Timanfaya mientras llovía,
me he asomado a Arrecife,
y he ido en bus hasta el Norte;
sin ninguna duda, de toda la isla
(que he visto) me quedo con este lado.
Nos alojábamos en Playa Blanca,
abajo del todo, y no pude explorarlo.
Pero volveré.

Y La Graciosa... qué maravilla.
Un pueblo sin asfalto en sus calles,
un puerto rodeado de comercios
y todo lo demás, parque natural.
Es otro lugar al que me encantaría volver.

Ha sido un viaje de toma de contacto,
porque iba con dos personas y
dependíamos de una tercera.
Pero me ha servido para saber
si realmente me gusta aquello o no.

Y bueno, el enorme océano se ha
llevado un poco mi pesar.
Por lo menos ahora creo que sé
qué me pasa. 

El último día de mi escapada fui
a Gran Canaria, donde tengo a una
amiga trabajando de profesora.
Me pareció una Granada con
vistas al mar. Igual exagero.

Este viajecito
me ha servido para replatearme un poco
mis planes de futuro inmediato y
no tan inmediato.



..mi rosa negra.

Comentarios